Tuesday, April 22, 2025

GUERRA EN EUROPA : Año tercero ¿Hacia la paz?

   Ya se cumplieron tres años de guerra en las vastas llanuras de Ucrania y los que aseguraban que el conflicto debía de resolverse en el campo de batalla, con una inevitable derrota rusa, empiezan, por fin, a considerar la eventualidad de una salida negociada.

   No deja de ser pasmoso el hecho de que esta eventualidad surja a raíz de la elección de un personaje tan disparatado como Donald Trump para ocupar la Casa Blanca estadounidense. Y no lo es menos escuchar las declaraciones de los lideres europeos, empecinados en seguir alimentando la agonía ucraniana, con mas y mas armas, acompañadas de promesas de despliegue de fuerzas militares y demás juramentos con escasos fundamentos realistas. 

   Sin duda la ahora aparente voluntad del actual gobierno de los EEUU de recomponer las relaciones con el que preside Vladimir Putin en Moscú, ha resulta ser un repentino cambio de guion que no ha dejado a nadie indiferente. Toca por tanto de nuevo abordar el tema, desde la perspectiva de un permanente anhelo por la cordura y la paz, con la esperanza de contribuir mínimamente a un enfoque realista de la situación actual de un conflicto que nos concierne directamente a todos.


1. RAZONES PARA UN NUEVO ENFOQUE DEL CONFLICTO

   A nuestro juicio, son varios los argumentos racionales que permiten comprender este nuevo enfoque y vamos a tratar de exponerlos aquí brevemente:

- el primero es la indudable cercanía ideológica existente entre los dos máximos gobernantes, ruso y americano . Sus respectivos gobiernos son, en todos puntos, de un carácter extremadamente conservador, herederos sin complejos de una clara mentalidad imperialista, apegados a rancias tradiciones religiosas y dispuestos a despreciar sin ningún reparo, cualquier derecho humano. Así, como dirigentes con claras convicciones políticas derechistas, no cabe duda de que le es ajeno el principio de igualdad entre las personas y por tanto ambos consideran que la mayoría de la gente, el pueblo, las masas, son meros instrumentos al servicio de su  poder, destinados a estar sometidos y a ser manejados a su antojo.

- el segundo es la irrefutable solidez lógica del argumentario ruso respecto al origen del conflicto en Ucrania. Una lógica que la clase política estadounidense, evidentemente, conoce muy bien, aunque sus últimos representantes han pretendido durante años negarla e ignorarla públicamente. La conocen igualmente los políticos europeos que ahora acusan al presidente Trump de traición por haber asumido la "propaganda rusa", calificativo que la correlativa "propaganda occidental" atribuye a cualquier elemento del argumentario contrario. Sin embargo, parece evidente que el nuevo gobierno de EEUU no ha hecho otra cosa que reconocer, pragmáticamente, la realidad de los hechos, en términos muy parecidos a los que hemos expuestos en los dos textos anteriores publicados en este blog bajo el titulo genérico: Guerra en Europa.

- el tercero es que la estrategia seguida hasta ahora por la OTAN, como brazo armado de occidente, ya no da para mas. Después del estrepitoso fracaso de su larga intervención en oriente medio, en Irak y en Afganistán, la aventura ucraniana ha permitido a la organización recuperar aliento, reagrupar sus fuerzas, movilizar a sus socios provocando un considerable aumento de sus gastos militares y finalmente, incorporar dos nuevos socios, con peso estratégico en el entorno del mar báltico, Suecia y Finlandia. Por otra parte, el cruel y patético sacrificio de los pueblos de Ucrania ha permitido, por lo menos de momento, desgastar sensiblemente las capacidades globales del eterno enemigo ruso. Hasta llegar al punto actual en el que nada significativo permite avanzar mas allá. El frente no varia decididamente desde hace meses y nada hace pensar que esta dinámica pueda cambiar en un plazo razonable, sino, en todo caso, a favor del ejercito ruso. El aislamiento y colapso del régimen del señor Putin, que solo los mas ingenuos se atrevieron a pronosticar, ha quedado por completo descartado, mientras que, sin embargo, el coste económico y político para occidente no para de crecer. Así las cosas se hace patente la conveniencia de cambiar radicalmente de enfoque.

- el cuarto es la evidencia de unas consecuencias inicialmente no previstas, muy nefastas para EEUU y el conjunto del bloque occidental, derivadas de la estrecha colaboración estratégica establecida entre Rusia y China, que el conflicto en Ucrania y las consecuentes sanciones contra el gobierno ruso han fomentado. Esta unión, que tiene su prolongación en el desarrollo imparable de los BRICS, reduce considerablemente el margen de maniobra de occidente para el manejo de los asuntos globales. En su pulso con China para el liderazgo planetario, EEUU necesita hacer todo lo posible para intentar relajar y si posible aflojar, la actual relación estratégica establecida entre Moscú y Beijing. Para esto se juega la carta económica, característica del actuar del señor Trump, que puede seducir al señor Putin, cuya economía patria está muy sedienta de inversiones, después de años de ostracismo. El pronto restablecimiento de unas relaciones comerciales intensas cumple por tanto con los intereses mas inmediatos de ambas partes.

   Estas son, a nuestro parecer, las 4 razones principales de la puesta en escena del actual proceso de recomposición de la relación entre Rusia y EEUU que, lógicamente, incluye negociaciones para intentar poner fin a la guerra en Ucrania.

  En este nuevo marco, como hicimos en un apartado de nuestro anterior texto dedicado a este tema, bajo el titulo: "Los términos del engaño", resulta de interés examinar, con algo mas de detalle, la situación presente de los 4 actores principales del conflicto, Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Comunidad Europea.


2. ¿ UN CAMINO HACIA LA PAZ ?

2 - 1. SITUACIÓN DE UCRANIA

   Aunque sea todavía muy pronto para saber con exactitud en qué quedara finalmente la situación global del estado ucraniano en el caso de llegar a un acuerdo de paz, parece evidente que sus pueblos han sido sacrificados brutalmente a lo largo de un conflicto que empezó en 2014 con una guerra civil y escaló en 2022 en una guerra a gran escala. 

   A los cientos de miles de muertos, a la destrucción masiva de la mayoría de las infraestructuras vitales, se une ya el terrible sabor de una potencial derrota, todavía no asumida, que implicará probablemente la perdida de una parte importante del territorio heredado de la Unión Soviética en 1991 y la cesión a terceros de un conjunto muy sustancial de sus recursos naturales.

   Todo esto es profundamente lamentable, desgarrador. Y no servirá de ningún consuelo constatar y apuntar con meridiana claridad, la profunda incapacidad de los gobernantes locales, responsables últimos de aquellas desgracias. La actuación del gobierno del señor Zelenski, que llegó al poder en 2019 con la promesa de poner fin al conflicto desatado 5 años antes y sin embargo, a la postre, propició la terrible destrucción sufrida por su pueblo, quedará para la historia como el episodio mas nefasto de la Ucrania post-soviética.


2 - 2. SITUACIÓN DE LA FEDERACIÓN RUSA

   Con las mismas reservas expresada anteriormente respecto al futuro, se puede sin embargo considerar que el gobierno de Vladimir Putin ha conseguido el grueso de sus objetivos. Mantendrá asegurado su control, estratégicamente esencial, sobre la península de Crimea así como una continuidad territorial con la Federación Rusa a través del Dombás y demás territorios del antiguo kanato de Crimea.

   El precio pagado es sin duda muy elevado, con cientos de miles de muertes y multitud de tragedias de todo tipo afectando a todas las poblaciones que integran la Federación. Sin embargo, en términos geopolíticos, Rusia puede considerar que ha logrado demostrar al mundo que está dispuesta a todo para defender lo que considera sus intereses estratégicos vitales y que sus recursos globales no se deben nunca de subestimar.

   Mas allá de esto, no parece muy sensato seguir argumentando que las acciones rusas obedecen exclusivamente a un afán imperialista de su presidente por recuperar el control de los territorios de la extinta URSS y que, por lo tanto, constituyen una seria amenaza militar para la seguridad de Europa occidental. Un análisis sosegado de lo ocurrido en Ucrania deja en evidencia que la actitud del gobierno de Moscú corresponde esencialmente a una respuesta contundente a las maniobras avasalladoras de la OTAN, en su intento por asentar sus fuerzas en todas las fronteras occidentales de la Federación Rusa.


2 - 3. SITUACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

   La incertidumbre que preside a la valoración de la situación futura del conflicto ucraniano se vuelve mayúscula a la hora de considerar la que prevalece en Estados Unido bajo el liderazgo de un impredecible Donald Trump. A pesar de esto, parece probable que, en el plano militar, se haya considerado que una lógica de perpetuación del conflicto solo podía llevar, tarde o temprano, a un enfrentamiento directo entre la OTAN y la Federación rusa. Es decir, al estallido efectivo de una tercera guerra mundial. Es lo que se puede interpretar de la advertencia hecha al presidente Zelenski en el despacho oval : "... estás jugando con la tercera guerra mundial...".

   La nueva administración norteamericana parece por tanto decidida a abandonar el enfoque puramente militar, hasta el punto de amenazar con poner en entredicho el papel fundamental ejercido por EEUU en la OTAN desde 1948, y centrarse en el aspecto económico, que caracteriza a la gestión de Donald Trump.


   Con respecto a Ucrania es el acceso preferente a sus recursos naturales que ha sido puesto sobre la mesa, para condicionar la continuidad de su apoyo militar y responder a las peticiones de "garantías de seguridad". Todo un alarde de cruda lógica capitalista y un vapuleo a la pretendida superioridad moral de los "valores occidentales". 

   En lo que concierne la Federación Rusa, se trabaja en la recomposición del conjunto de las relaciones, con el fin de alcanzar un cierto nivel de cooperación económica susceptible de proporcionar oportunidades de negocios recíprocamente provechosos.

  En cuanto a sus socios europeos de la OTAN, el gobierno de Donald Trump denuncia la insoportable carga económica que supone para EEUU el mantenimiento de la alianza e incluso algunas voces llegan a pedir directamente de abandonarla a su suerte. Queda todavía por ver si finalmente este abandono se materializara, pero el daño causado a la necesaria confianza entre socios, en temas de seguridad compartida, parece ya irreparable.


2 - 4. SITUACIÓN DE LA UE 

   A esta altura de la nueva realidad impulsada por Donald Trump, los gobiernos europeos miembros de la OTAN aparecen claramente como los más desconcertados. Los sentimientos expresados traducen un evidente malestar por sentirse marginados, ninguneados y traicionados por su hasta ahora principal valedor. 

   En Europa cuesta digerir  que las cosas no estén siguiendo el curso por el cual apostaron. Se aferraron al argumento único del agresor y del agredido. Resolvieron el análisis del origen de la crisis señalando el afán imperialista del presidente Putin, sin mas. Y en esto parecen seguir... Es posible que ya no esperan esta victoria militar ucraniana de la que parecían no dudar a lo largo de los últimos 3 años, pero siguen pidiendo la devolución de los 5 territorios anexionados por Rusia en el curso del conflicto. Todo esto, de alguna manera, ilustra perfectamente el grado de extrema dificultad para asumir la realidad de los hechos, y por tanto de despropósito, que caracteriza la postura europea desde el inicio de las hostilidades. 

  Confrontados a la realidad del desenlace de los combates, del cambio radical de postura del "amigo americano", cegados por su orgullo y este afán de superioridad moral heredado de su oscuro pasado como potencias coloniales, no se resignan a su actual papel de actores secundarios. Se muestran decididos a emprender una dudosa operación de "rearme" al margen de EEUU y proponen un despliegue "voluntario" de sus fuerzas militares en territorio de Ucrania para "asegurar la paz" y prevenir cualquier "nueva agresión rusa", sin contemplar la mínima intención de dialogo con el Kremlin. 

  Aquí también resulta difícil augurar con certeza cuales van a ser los derroteros por los que vayan a transcurrir estas iniciativas europeas, lideradas en gran medida por el Reino Unida y Francia, las dos potencias nucleares con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. De momento surgen dudas razonables sobre las verdaderas capacidades políticas, económicas y tecnológicas de los países de Europa occidental para implementar este ansiado "rearme". En cuanto al despliegue de efectivos en territorio ucraniano difícilmente se puede imaginar cómo se podría superar el veto categórico que la Federación Rusa opone a tal iniciativa.



3. ALGUNAS LECCIONES DERIVADAS

  En la primavera de 2022, publicamos un primer texto sobre el estallido de esta guerra que empezaba así:

"En el invierno de 2022, dos años después de la irrupción de la sindemia del Covid 19, el mundo se enfrenta a una nueva crisis global que vuelve a poner a prueba la construcción de la sociedad planetaria. La invasión rusa de Ucrania trae a la actualidad más candente la envergadura de las luchas geopolíticas que subyacen y tensionan un proceso de construcción que empezó en las últimas décadas del siglo XIX y en el que se sienten profundamente involucrados los artistas miembros de nuestra asociación."

  Han pasado tres años y el estado de crisis persiste, sigue sin resolverse de manera contundente, aunque se haya producido una cierta reconfiguración geopolítica, derivada del aparente intento de normalización de las relaciones entre EEUU y la Federación Rusa. A pesar del escándalo que supone para ciertas élites occidentales, no cabe duda de que el dialogo abierto entre Washington y Moscú es una noticia positiva de cara al proceso de construcción de la sociedad planetaria. Con todas las reservas posibles, no deja de ser un pequeño paso adelante, después de un periodo de enfrentamiento total que no puede llevar a ninguna otra parte que al inevitable estallido de una tercera guerra mundial.

  Es evidente que todo diálogo es imprescindible para avanzar en la solución de los problemas, evitando siempre el uso de las armas y de los castigos colectivos indiscriminados. Sin embargo, mas que nunca, el mundo parece estar sometido a una especie de sombría "dictadura de los asesinos", con una aplastante mayoría de gobernantes reiteradamente dispuestos a pisotear los derechos humanos, tanto en los países presumiblemente autoritarios como en los auto-proclamados democráticos. Entre estos últimos, el caso de Israel es paradigmático y particularmente escalofriante. En todas partes escasea cruelmente la voluntad de díalogo.

  Por tanto, nuevamente es necesario apelar a una toma de conciencia del conjunto de la humanidad, para APARTAR RADICALMENTE, de CUALQUIER CARGO GOBERNANTE, TODA PERSONA QUE NO ESTÉ FIRMAMENTE COMPROMETIDA CON EL RESPECTO ESCRUPULOSO DE LOS DERECHOS HUMANOS recogidos en la declaración de la ONU de 1948. 

 Es sin duda una labor titánica que requiere de la activación de un movimiento generalizado, con la implicación decidida de todas las organizaciones de la sociedad civil, la movilización coordinada de los sectores educativos, culturales, artísticos e intelectuales, en todos los países del mundo, en las instancias internacionales, de manera a influir eficazmente en el ámbito político global. 

 Hay que pararles los pies de una vez a los asesinos que nos gobiernan, rescatar el espíritu de las generaciones que sufrieron los horrores de la segunda guerra mundial e inspiraron los términos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como antídoto necesario para la definitiva desaparición de la barbarie, en la historia de la humanidad.